Luego de una previa en algún antro de Bellavista, llegué junto a mis amigos de Mundofunk a la ex Oz, lamentablemente fue muy larga la antesala y nos perdimos el talento de Mathari. Lo que si alcanzamos ha apreciar fue el show De Kiruza, banda homenajeada que encendió completamente el ambiente al interior del centro de eventos.

En lo personal no soy para nada fanática de Fonzea y compañía , sin embargo, debo reconocer que en vivo suenan muy bien y que aún mantienen el respeto y la admiración de muchos.

La noche siguió con los roncitos 2 x 1 que sacábamos gracias a algunos contactos en la barra y con el power de C-Funk , quién como de costumbre brindó una presentación muy sólida sostenida en la virtuosidad de los músicos y una lista de singles de su álbum Joya intercalados con algunos temitas que apelaron a las entrañas de los funkeros, es decir, canciones de Los Tetas.

Para cerrar Papanegro con la parada característica del Guayi (vocalista) y estrenando peinado nuevo Mario (bajista) junto al resto de la banda nos deleitaron con :

(Violeta Madrugada no la tocaron)

El after dejó mucho que desear, ni siquiera puedo culpar al DJ porque evidentemente no había nadie pinchando discos, la selección de temas “bailables”parecia ser hecha por el portero.

Esto no fue impedimento para la vida social, debo reconocer que en este último mes he tenido el placer de conocer a gente muy interesante y amena ligada al mundo del funk y estoy muy feliz de que en cada evento la lista de estos personajes se engruese.

Lo que más me causa gracia es la carta de presentación entre ellos - Mira te presento a la Cóte ella también fue a ver a Jamiroquai a Buenos Aires. Esa simple frasecita parece ser la puerta de acceso para este micro mundo, cual me interesa montón. Como sea fue una excelente noche que combino todos los elementos que en mi parecer debe tener un buen carrete ; música en vivo, copete y gente buena onda, ojalá se repita pronto.

Cuando me entere de que se iba a realizar una versión local del exitoso festival mexicano Vive Latino no dude y aprovechando mi bonanza económica de aquellos días de marzo compre mi entrada inmediatamente. Con el correr de las semanas vi con placer como la lista de artista se agrandaba con mucha de mis bandas favoritas.

Tenía bastantes expectativas puestas en este evento, sin embargo, llegado el día sentí como muchas de ellas se fueron desmoronando. Por un lado se agradece la cantidad de bandas que fueron convocadas al evento, sin embargo, esto a mi parecer también jugo en contra, porque al no ser un festival de varias noches (como se hace en original) hizo que los shows fueran cortos y confrontaran a muchos grupos que quería ver.

En lo personal el cansancio físico me jugo en contra (dormí dos horas después de viajar a Valparaíso a ver a los Amigos Invisibles) lo que combinado a la desorganización, el colapso en el abastecimiento de alimentación y cigarros (hice una cola de 1 hora y media y cuando llegue resulta que no quedaba nada, porque reclame montón me dieron un vaso de agua) despertó la indignación de muchos de los asistentes, incluso uno de las personas que me acompañaba se retiró del local , porque andaba con caña se sentía mal y le fue imposible acceder ni siquiera a una gota de agua.

La guinda de la torta fueron los problemas en el sonido, sobre todo en el escenario verde y el atraso de las bandas en el escenario amarillo. No obstante destacó el excelente show brindado por los artistas y la buena onda y disposición del público pese al calor y la desorganización del evento.



Lo que YO Vi

Como ya les mencione ese fin de semana fue agitado, regrese de madrugada de Valparaíso, dormí y comí muy poco para luego tomar rumbo al Parque O’ Higgins, obviamente llegué más tarde pero pude disfrutar a través de la radio del show de De Saloon y Papanegro (a quienes según me contaron tuvieron algunas fallas técnicas, que mi oído como radioescucha no fueron percibidas).

Cuando estaba a pasos de entrar comenzó mi desesperación, porque mientras ingresaba al recinto e intentaba apurar el paso de mi amigo, escuchaba de fondo los acordes de Amor el tema con que Los Amigos Invisibles (L.A.I) abrieron su espectáculo, corrí y llegue aunque con pena tuve que ver como las fallas técnicas dieron paso a pocas y muy mal merecidas pifias. Lo bueno es que se arregló y pude disfrutar con unos L.A.I igual o peor carretiados que yo.

Luego me cambie de escenario y reclute por celu a otro amigo, así fuimos creciendo, aunque tuvimos la desafortunada idea de hacer una cola para comprar algo de tomar hicimos una cola de 2 horas, lapsus donde escuchamos de lejos la presentación de Plastilina Mosh (siempre sólidos ellos) y de Sinergia.



Dos horas más tarde y después de salir con las manos vacías nos acomodamos en el escenario amarillo para ver por fin a Catupecu Machu. En lo personal fue una doble alegría, romper una especie de maldición que tenía con la banda ( en dos años no había podido verlos en vivo) el show fue bakan, con el aún talentoso Zeta Bosio y bueno Gabriel Ruiz en evidente estado de intemperancia ,dio un poco la lata con sus intervenciones entre cada canción. Lo mejor para mi fue que mientras caía en sol en Santiago interpretaron En Los Sueños, una canción que tiene un inmenso valor sentimental y emocional para mi .

A esas alturas el clan había aumentado considerablemente, al igual que los gustos asi que de ahí en adelante fue de todo un poquito; un poquito de Chancho en Piedra, Divididos, Vicentino (tercera vez que lo veo y hace lo mismo siempre), Los Tres, Ataque 77 y Babasónicos.

Pasado las 12 am y con un retraso aproximado de 40 minutos subió uno de los grandes enigmas para mi , la exitosa banda inglesa Keane. Admito que moría por ver que tan atractivo podía resultar en vivo una banda con sólo 3 integrantes y que además no poseía guitarristas.

Afortunadamente para mi fue deleitada por un grupo sólido que con una ejecución secuencial, casi maestra de sus instrumentos, una lista corta pero repleta de hits y un vocalista con cara de niño bueno que al minuto de subir al escena se robo al público demostró porque en tan poco tiempo se apoderaron del respeto de músico y seguidores en todo el mundo.

Con una escenografía elegante que ayudaba a llenar el espacio de los pocos músicos, Keane me conquisto a mi y al paciente público con Somewhere only we know, This the Last time, It’s any wonder, Cristal Ball , Sunshine, Everybody’s Changing entre muchos otros. Sólo continuaba ahí por la calidad de la banda, porque mis pies se doblaban de cansancio y cabeza sólo se sostenía por los hombros de un amigo.

Pasada la una madrugada todo acabo y pude irme a casa, pero con la sensación ambigua de pese de haber presenciado muchos shows de excelente calidad, quedaron demasiadas tareas pendientes para el comité organizador del próximo año, como dicen por ahí si vamos a copiar hagámoslo bien.